La ausencia de una política clara de Estado para el deporte en Bolivia y los escasos recursos para la formación de atletas son las principales deficiencias identificadas por dirigentes, entrenadores y deportistas por las que el país es el único en Suramérica sin haber logrado subir a un podio en los Juegos Olímpicos.
Desde su estreno en los Juegos de Berlín en 1936, Bolivia lleva 16 participaciones en la competición y casi todas sus intervenciones fueron con una delegación reducida y en su mayoría a través de las tarjetas de invitación.